Criadero El Cencerro: “la manera de trabajar es poner una fuerte impronta en lo que es la calidad de la semilla”.

Criadero El Cencerro: “la manera de trabajar es poner una fuerte impronta en lo que es la calidad de la semilla”.

15/12/2021- Dialogamos con el Ing. Ignacio Ducos, Director de Criadero El Cencerro, una empresa semillera de una rica trayectoria en su tercera generación, que produce césped, forrajeras y girasol para la demanda del mercado interno y Europa, E.E.U.U, China y África.


 

¿Qué se está haciendo en El Cencerro hoy en día?, ¿en qué aspectos se está mejorando?

“Hoy El Cencerro tiene una visión de empresa familiar instalada aquí en Argentina, de largo plazo. Mi abuelo se inició en esta actividad incursionando en las forrajeras en el año ´57 al ´60, en La Pampa, a través de vinculaciones con el INTA, de fuertes relaciones, incursionó luego en lo que es mejoramiento genético, producción de semillas, comercialización y ha ido incorporando diferentes productos hasta llegar a esa línea de forrajeras, césped y girasoles híbridos.

Hoy como empresa seguimos apostando al futuro, iniciando todo lo que son nuestros productos desde el desarrollo genético, a través de un propio programa de mejoramiento, instalado en Coronel Suárez en un campo experimental, "El Sendero", ubicado a 8 kilómetros de nuestra localidad, donde la base es buscar genética con buenas cualidades agronómicas y anticipándonos a los problemas que pueden llegar a suceder.

Hay cuestiones de cambio climático, condiciones de distintas adversidades, excesos hídricos o faltantes hídricos, que hace que la genética a utilizarse en el futuro, dentro de 15 o 20 años, debe responder de buena manera ante ese nuevo escenario. Dentro de nuestras posibilidades abarcamos segmentos de cultivos, sean gramíneas, leguminosas; incorporamos nuevas especies que vemos condiciones prometedoras, como recientemente ha sido la vicia viciosa, que hoy es uno de los cultivos más renombrados de Argentina en su uso como verdeo o cultivo de cobertura.

La manera de trabajar es poner una fuerte impronta en lo que es la calidad de la semilla. Para nosotros la semilla es un vehículo, donde está el desarrollo genético, el trabajo que hacemos de mejoramiento genético, de evaluación, promoción y demás, con un fuerte rasgo de calidad en todo lo que es la línea de producción de campo, de procesamiento, para llegar de manera comercial con una semilla que tenga un estándar de calidad muy elevado para que nuestros clientes puedan tener un uso de manera satisfactoria”, explicó Ignacio Ducos.

Mencionabas la necesidad de anticiparse a distintos factores y condiciones, haciendo referencia al cambio climático. Desde El Cencerro, ¿qué tipos de acciones se hacen teniendo en cuenta este fenómeno que inevitablemente está entre nosotros y va modificándose por distintas acciones del hombre?

“Te doy un ejemplo muy claro en forrajeras, es una especie que sembramos pensando en un horizonte de utilización ya sea de 3, 5, 10 años. Tenemos tres pilares fundamentales a la hora de hacer el desarrollo de la genética, que es la persistencia, la producción de forraje, y la sanidad. Cuando hablamos de persistencia es evaluar cada planta de manera individual durante por lo menos tres años y ver cómo responde, luego de cada corte, luego de distintas situaciones ambientales, para, en estos escenarios cambiantes, poder seleccionar la genética que mejor responde, y lo que observamos a su vez, normalmente, la genética que tiene una mayor tolerancia a la sequía, al estrés hídrico o a la combinación de ambos, es la genética que primero rebrota.

Entonces encontramos techos de producción de forraje que se elevan, mayor persistencia, variedades que al quinto o al sexto año están produciendo un 30% o un 50% más de forraje, que las variedades previamente utilizadas. Ahí es cuando el desarrollo biogenético empieza a marcar la diferencia, pensando de aquí en adelante, para poder responder a estas consultas.

En girasol buscamos materiales que sean muy estables, entonces evaluamos nuestros materiales en distintas condiciones de manejo, para que los híbridos que finalmente llegan a etapas comerciales, tengan rendimientos satisfactorios y buenos, no solo en uno o dos ambientes, o en situaciones de alto potencial. De esta manera con este rasgo de estabilidad, y ante condiciones muy variables, veníamos de una proyección de año niña y ahora nos encontramos a mediados de diciembre en condiciones hídricas excelentes. Preverlo hoy desde el punto de vista del productor, es muy complejo, entonces necesitamos que la genética pueda responder ante escenarios cambiantes y darnos resultados satisfactorios”, detalló.

En cuanto a los trabajos genéticos, y en función de estar en una zona donde estamos en el límite con la Patagonia, con climas áridos, el foco siempre se pone en el desarrollo de los distintos productos que ustedes tienen en condiciones de baja disponibilidad de agua, ¿ese es el eje o también se trabaja en condiciones como las que se están dando hoy en día?

“Buena parte va por ahí, que la planta se desarrolle con poca humedad, salvo en una determinada especie o condición particular, que buscamos un efecto diferente, se hace en condiciones de seca. Con las mismas variaciones climáticas y de excesos o déficits hídricos que se observan a campo.

Tener un programa de mejoramiento en una región semi árida o sub húmeda, nos brinda la posibilidad de encontrarnos con años extremadamente secos y años con muy buena disponibilidad de humedad, eso le da un valor agronómico enorme, porque permite que los genotipos puedan expresarse para los dos lados, y ahí está el desafío de encontrar el genotipo que en los años secos tiene una buena resistencia, y en los años húmedos además responde con altas tasas de producción, una buena sanidad, calidad.

El ciclo, por ejemplo, si estamos en una forrajera, sea acorde al producto y a lo que se está buscando, y otras cualidades, como puede ser vigor inicial, un período de floración muy concentrado. Entonces si tenemos una pastura, que el período de encañazón sea lo más concentrado posible y en una determinada época del año, y que luego retome un crecimiento vegetativo activo durante el resto del año.

Somos una empresa que a su vez está muy vinculada con el comercio internacional, tenemos relaciones comerciales con empresas de afuera, de Europa, Estados Unidos, China, África, otras empresas de Sudamérica, eso nos permite realizar intercambios, evaluar nuestras variedades en otros ambientes, tener respuestas a la performance de nuestras variedades en otros ambientes, y ese intercambio técnico que nutre para poder seguir trabajando y mirar el futuro de otra manera”, comentó el Director de El Cencerro.

¿Qué forrajeras producen y cómo hacen precisamente para organizar esa estructura?

“En gramíneas en esta zona, el 80% de las semillas que comercializa la empresa, las produce la misma empresa. Tenemos nuestros inicios como productores agropecuarios, que nos transformamos en un semillero, que a su vez desarrolla genética, y mantenemos una línea de producción muy importante. Eso lo hacemos en campos a unos 40 kilómetros alrededor de Coronel Suárez, y el proceso se inicia justamente en el campo. Que el lote tenga buenas cualidades agronómicas para cultivos de alta producción y que a su vez contenga buenas cualidades en cuanto es la pureza del lote. Tiene que estar libre de contaminaciones de determinadas especies para poder hacer una producción de una forrajera, y mantener este rasgo de pureza varietal, es decir, que la semilla que se produce en ese lote, sea de la especie y la variedad determinada que vamos a producir.

Para eso contamos con un equipo de herramientas muy importantes, las forrajeras tienen una particularidad que, cuando las semillas llegan a una madurez fisiológica que es el momento óptimo donde se maximiza el porcentaje óptimo de la terminación y la calidad, al poco tiempo que llega ese momento se desgranan, es decir que las semillas desprenden la planta y caen al suelo, por lo que tenemos una ventana de entre 2 y 3 días para hacer el proceso de hilerado, un corte y una hilera para disminuir el máximo posible el desgrane. Para eso contamos con maquinarias especializadas, son hileradoras autopropulsadas, que tienen un sistema de corte y manejo de lo que es la hilera, especializados para semillas forrajeras.

En nuestra zona producimos de lo que es gramíneas perennes, pasto ovillos, festucas eventualmente, cebadillas y agropiro en forma más tenue. En leguminosas hacemos producciones de trigo blanco, vicia viciosa, y eventualmente algún lotus.

Nos especializamos en determinados cultivos para exportar un 40% de lo que se produce. Muchas variedades han sido evaluadas y registradas en el exterior. Algunas han sido recomendadas por los sistemas oficiales de evaluación, por ejemplo, en Alemania con algunas variedades de césped, entonces muchas veces, previo a la siembra, ya tenemos demanda de nuestros clientes de volúmenes de producción, que ya sabemos que lo tenemos que atender. A eso le sumamos la demanda de lo que nosotros le llamamos nuestro mercado interno, que tanto lo queremos y cuidamos también”, afirmó Ignacio Ducos.

¿Cuáles son los países más demandantes de sus productos?

El eje está puesto en Europa con Alemania a la cabeza y China.

En cuanto a la logística, hay un equipo de trabajo muy grande que realmente trabaja bien, coordinado, y cada área tiene una responsabilidad asignada.

Contamos con una planta de procesamiento de semillas, en el Parque industrial de Coronel Suárez, donde hay todo un equipo de trabajo con maquinaria especializada, para procesar semillas forrajeras, para llegar a los altos estándares de calidad que hoy nos exige la exportación y que, a su vez, la exportación ha sido una manera de levantar la vara para nuestra empresa.

Y luego hay una logística administrativa preparada en cuanto a lo que es la exportación en sí, donde hay que estar inscripto, presentar una serie de requisitos y cumplirlos, requisitos fitosanitarios, requisitos de certificación de semillas y luego llevar adelante la logística de exportación.

Tenemos el desafío de cómo encauzar ese crecimiento de manera ordenada, para que todas las áreas puedan trabajar de manera satisfactoria, de manera eficiente. Es un equipo muy grande el que hay para que cada variedad cumpla con lo que tenga que cumplir, luego la producción de semillas, procesamiento de semillas, y área de administración, financiera y comercial, para llevar adelante el proceso final de todo lo que hubo detrás, es decir, ese equipo es el que nos lleva adelante y nos empuja a seguir trabajando.

Hoy somos un total de 45 personas de manera permanente en la empresa. 9 familiares y 36 personas que trabajan día a día con la misma responsabilidad con la que lo hacemos nosotros”, aseguró el Ingeniero Ducos.

En cuanto a la cuestión sanitaria, ¿dónde tienen puesto el foco, o qué tipo de enfermedades son las que pueden llegar a darse y en las que hay que poner atención?

“Depende mucho de la especie, hay especies que son más predominantes según las enfermedades. Por ejemplo, el pasto ovillo se ve muy afectado por estría par de la hoja, entonces venimos de un trabajo que se inició en el año ´90 y que hoy se sigue trabajando para que en el perfil sanitario del pasto ovillo se pueda ofrecer variedades de sanidad superadora. En festuca es muy común encontrar roya de la hoja, en el verano.

Este intercambio que realizamos y poder evaluar nuestras variedades, ya sea en Europa, en Estados Unidos, en Uruguay, nos permite ampliar la visión y los ambientes, y conocer mejor el perfil sanitario completo de lo que son nuestras variedades.

Toda variedad es un trabajo de 7 a diez años desde que se inicia hasta que comercialmente está lista. Es un trabajo muy apasionante y de largo plazo”, expresó.

CÉSPED.

“Hay muchos estadios de primera división en Argentina que tienen nuestro césped. A través nuestro o distribuidores con los que nosotros trabajamos que están sembrando nuestra semilla, que es un agregado de valor muy importante. Es donde mayor variabilidad tenemos, con más de 5 variedades en el mercado”.

¿Cómo se han organizado para salir al mundo y que la economía argentina no les complique el escenario?

“Fronteras afuera, el escenario lo sella el mercado, y el mercado busca seguridad en la producción, que los contratos de producción se cumplan y proyectar a largo plazo. Las empresas, cuando inician las relaciones, normalmente es pensando en producciones por lo menos de entre 2 a 10 años. Buscan porque quieren un proveedor consistente, confiable, de largo plazo.

Hay que organizar la empresa para ser confiable desde el abastecimiento de las semillas, y luego está el negocio en sí, tenemos que ser suficientes en la producción para que ese abastecimiento signifique una rentabilidad y la empresa pueda seguir funcionando.

Como muchas empresas argentinas hemos "aprendido" a ir sobreviviendo y manejando estos vaivenes de la economía de la manera más eficiente posible dentro de las pocas herramientas que tenemos a nuestro alcance. Argentina tiene particularidades que no podemos controlar, pero que sí aprovechamos las pocas herramientas que tenemos para poder ir navegando ese mar.

De la manera que estamos organizados, si bien es una empresa que ya tiene un cierto tamaño, somos una empresa familiar y la dirección y gerencia está en manos de los familiares. Hay una fuerte confianza y agilidad en las respuestas, que, ante escenarios cambiantes, hay decisiones que tomar, y eso le da un plus de ventaja”, concluyó el Ingeniero Ignacio Ducos.

Esta nota fue realizada por Hugo Dukart para Camino al Campo.